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miércoles, 21 de noviembre de 2012

¡¡¡Parto a domicilio!!!

Anécdota cedida por S.L.L. enfermero, compañero y amigo.

         Llevábamos ya una tarde movidita de avisos. Estaba siendo una guardia entretenida en el Centro de Salud. Eran casi las diez de la noche, así que decidí cenar algo. Por lo que pudiera pasar…

   .- ¡No empieces! ¡Déjalo para luego!.- me advierte mi compañero.- ¡Hay un nuevo aviso y es urgente!! Tenemos que atender un parto en el edificio de al lado. Es un aviso del 112. Ellos tardarán un poco. A nosotros nos pilla cerca y nos piden que acudamos hasta que lleguen.

                  .- ¡Es coña! ¿Estás de broma?


     .- No, no!, no es broma. Agarra los maletines que ya es tarde.

         Dejé todo. Cogí el material y salimos pitando. No tardamos nada. El domicilio estaba justo al lado. La familia nos recibe ansiosa. Nos abre la puerta una mujer de mediana edad. Nerviosa, alterada, casi histérica.

                .- ¡Por aquí!, ¡Por aquí! ¡Que no llegan!

         Nos guía por un estrecho pasillo hasta un minúsculo baño.            Allí encontramos a una joven de unos veintitantos años sentada en el borde del inodoro. Tiene un recién nacido en brazos, envuelto en una toalla de manos. La mujer está en pleno alumbramiento, con las últimas contracciones. El cordón conectado del niño a la placenta y ésta aún dentro de la madre. Un escaso metro cuadrado entre las piernas de la joven y el pié del lavabo. Cuidado de no golpearnos la cabeza. Por supuesto, si entra uno no entra el otro y si metemos el maletín, pues no entramos ninguno de los dos.

                 .- ¡Pero chiquilla! ¿Cómo se te ha ocurrido tenerlo en el baño¿ ¿Cómo es que has tardado tanto en avisar?

      El bebé está vivo, tiene buena coloración y respira con normalidad, es fuerte y tiene un peso a término. Los ojos abiertos, reactivo. La valoración es buena. El alumbramiento sin problemas. Cortamos el cordón sin incidencias.
El 112 no tarda en llegar y aquello se convierte en el divertido episodio de la película de los hermanos Marx: “El camarote”.
      Es curioso, en todo momento la joven niega el embarazo. Afirma con vehemencia que no estaba embarazada. Que no sabe cómo ha ocurrido todo. Que ha tenido la regla todos los meses con normalidad. Que fue al baño pensando en su intestino y que cuando notó cómo salía el niño lo recogió y lo arropó con la toalla.
      Y lo mejor de todo:
Esta mujer vive con sus padres, su marido y su primer hijo. Está casada y este era su segundo embarazo.

¿Te pasó algo así alguna vez?

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