ShareThis

miércoles, 15 de julio de 2015

¿Es esta la sala de despertar?

   
Despertar
    Tuve que operarme y cuando desperté de la anestesia, estaba en una sala enorme, había más pacientes a mi alrededor y las enfermeras iban y venían solícitas atendiendo a unos y a otros. Estaba en la sala de reanimación., medio atontado y sin poder moverme. 
      Había mucha actividad allí. Llegó un muchacho arrastrando una máquina con un brazo articulado. Estuvo manipulándolo en la cama de al lado. En determinado momento, el chaval, vestido como un robot, con una bata azul de plomo, gritó 
          .- Disparo!!!! y todo el personal de la sala dejó lo que estaba haciendo y salió rápidamente.
Cíclope
          .- Un momento!!! grité.- Y nosotros!!!! Yo no puedo moverme!!!. Más tarde me explicaron que sólo había hecho una placa de rayos X y que el resto de pacientes, si no eran mujeres embarazadas o niños, no tenían apenas riesgo. Por la dirección del rayo y por la distancia. El personal se protege porque están continuamente expuestos. 
      Me quedé tranquilo y todo pareció volver a la normalidad, es decir, personal sanitario que va y viene, camas que salen y entran y facultativos que dan órdenes al aire. Me relajo un poco y parece que me entra sueño cuando de repente alguien grita 
          .- Una Bomba!!! y casi me da un síncope.
Bomba!!

          .- Pero ¿cómo que bomba? ¿es una amenaza? ¿ahora sí nos van a desalojar? .- pero no, de nuevo falsa alarma. La enfermera del paciente que acaba de entrar ha pedido una bomba de perfusión, que no es más que una máquina que controla el ritmo y la velocidad a la que la medicación intravenosa se administra.
      No sé si es que estoy sensible, pero en esta sala lo despiertan a uno, vaya que sí. Ahora no puedo relajarme y empiezo a estar más atento a todo. Entra un hombre y pregunta en alto:
          .- ¿Dónde están mis muñecas?
          .- La ocho.- contesta una enfermera. Y veo que se dirige a un paciente con las dos manos vendadas.
      Intuyo que aquí, de nombres nada, aquí por partes del cuerpo. Casi es un alivio, porque cuando le oí preguntar por sus muñecas no quiero contar lo que pasó por mi imaginación.
   

No hay comentarios:

Ponte en contacto conmigo aquí!

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Suscribirse ahora Feed Icon