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miércoles, 6 de enero de 2016

El cartel de la discordia

      Soy enfermera.
     Obtuve mi titulación de "enfermera" en la universidad y entre otras, superé una asignatura denominada "farmacología". Incluso aprendí patologías y tratamientos farmacológicos en otras materias.
     Trabajando, empecé a poner en práctica los conocimientos adquiridos administrando tratamientos con orden médica, pero no lo hacía a ciegas. ¡Controlaba!, ¡aprendía!, ¡demostraba lo que sabía!: efectos secundarios, adversos, interacciones, duraciones, caducidades, conservación....
     Aconsejaba y resolvía dudas de mis pacientes, educaba en salud enseñándoles a manejar sus tratamientos por sí mismos.
    Hacía curas, indicando y usando productos que no precisaban prescripción médica y otros que sí en consenso con el facultativo. Ponía vacunas, insulinas y antibióticos según protocolos, como el resto de mis compañeras, sin tener que molestar al médico si no era necesario, consciente de lo que hacía y con criterio profesional.
  En general, he desarrollado funciones muy útiles, que eran de gran ayuda para el paciente, liberaban de trabajo a los médicos y suponían un beneficio para el centro o institución:
    Detecté duplicidades, duraciones demasiado prolongadas, efectos secundarios, interacciones, indicaciones dudosas..., porque estoy académicamente preparada, porque el paciente lo precisaba y porque sé trabajar dentro de un equipo multidisciplinar en el que debe existir confianza y respeto entre sus miembros.
      Todo ello lo hacía como parte de mi trabajo de enfermera. Y como enfermera, considero al paciente de manera holística, como un ser bio-psico-social, y no atiendo sólo su patología sino todas sus necesidades, así como velo por su seguridad. Eso me permite una perspectiva más amplia y me facilita ver detalles que al médico le pasan desapercibidos (porque no puede llegar a todo, y porque ese es mi campo). 
      Paso mucho más tiempo con el paciente y mantengo una relación más continuada e íntima con él que su médico, a pesar de que algunos facultativos se empeñen en lo contrario.
    El paciente confía en su médico y acude a él cuando siente que su salud peligra, pero en general, desarrolla mayor intimidad y confianza con la enfermera. Nos ven más cercanas, a su nivel, nos entienden mejor y se expresan con mayor libertad y confianza, sin tantas solemnidades.
      No podría enumerar cada vez que un profesional de enfermería ha resuelto una situación gracias a sus conocimientos sobre fármacos; ha salvado una vida, o dos, ha ahorrado graves consecuencias o le ha salvado el culo al facultativo. No me daría la vida. Y me dejaría muchas sin contar porque las enfermeras tienden a callar hasta lo que hacen bien.  Aquí estamos para ayudarnos y para atender al público, no sólo para cobrar a fin de mes.
     
Por eso, el Real Decreto de Prescripción Enfermera, a mí (y a muchos profesionales de enfermería), me parece un insulto, una humillación pública, una falta de conocimiento y reconocimiento. Y no deberíamos conformarnos, ni resignarnos, ni mucho menos desear salir corriendo con el típico "si lo sé, no hubiera estudiado enfermería".
      Lo cierto es que pocos son los que tienen claro lo que pueden o no pueden hacer a partir de ahora y que dan ganas de abandonar, de dejar de hacer, de entrar en su juego y convertirnos en lo que quieren que seamos: peones, subordinados, obedientes, controlados... con una preparación académica de años y pasta que se niegan a reconocer.

Me da mucha pena, porque montamos en cólera por los pasillos. Nos indignamos, pataleamos y en el "calentón" del momento, como no sabemos qué otra cosa hacer, arremetemos contra las iniciativas de otros. Véase el ejemplo de debate suscitado en torno a la campaña de SATSE y su cartelito. Pincha aquí para verlo.
¿Es que nos tranquiliza meternos con los demás?, tal vez porque ¿así no nos vemos obligados a decidir si apoyamos, somos invisibles o entramos en el debate?... 

      Eso, o que nos duele que el cartelito de marras expresa una REALIDAD QUE EXISTE AÚN, que viene de siempre y que preferimos silenciarla antes que enfrentarla. PERO ESTÁ AHÍ, AÚN EXISTE Y BASTA YA!!! 
      
      A mí ese cartel, no me gusta NADA. Me hiere, me duele, me da rabia. YO no me siento representada, pero no puedo evitar admitir que es una REALIDAD y que hay que mirarla de frente para poder acabar con ella. Por eso provoca tanta agresividad. Y no solo entre profesionales de enfermería. Muchos médicos se han sentido indignados y piden que se retire la campaña por la imagen que ofrece de ellos. Pero ES CIERTA y si no, pregunta a cualquiera que no esté relacionado con la sanidad y tenga valor para decirte la verdad. 

     Una campaña para hacer frente al insulto que nos acaban de proferir, a mi juicio, no merece menos. ¡Hay que provocar!, solo así funciona!. En todo caso, si no estás de acuerdo, no la apoyes, propón alternativas, haz algo, algo que no sea sólo criticar.

Debate en Twitter sobre el controvertido cartel para la campaña de SATSE #PrescripciónEnfermera
Es curioso observar que en el debate, quien más se indigna no tiene la profesión de enfermera. ¿También necesitamos que otros nos defiendan? o es que les molesta ver el papel con el que se les representa. En todo caso, solicitan que también nos indignemos.
Aplicación del nuevo RD de Prescripción Enfermera en Atención Primaria, por una enfermera comprometida ¿te atreverías a hacer tú lo mismo?
El espíritu de la colmena juherya.blogspot.com.es: Parte 1 y Parte 2  <<El espíritu de la Enfermería "ese espíritu todopoderoso, enigmático y paradójico al que las enfermeras parecen obedecer, y que la razón de los médicos, los políticos y la sociedad, jamás ha llegado a comprender">>



sábado, 2 de enero de 2016

Esto te pasa por ser buena profesional

      No sé si a ti te ha pasado, que cuando te quejas porque te parece injusto asumir más que las demás, tus jefes y compañeros suelen responderte con un
                .- Eso te pasa porque eres muy buena en tu trabajo.- 
...y tienes la sensación de que te están tomando el pelo.

https://pixabay.com/es/bomba-explotar-ira-estr%C3%A9s-enojado-477229/
 Este verano (para ahorrarse personal), cada vez que hay una intervención quirúrgica específica, tenemos que trasladarnos al otro hospital a hacerla. 
   Ambos Centros pertenecen al mismo Complejo Hospitalario, pero distan entre sí un par de kilómetros.
     Un coche va y viene continuamente de un edificio a otro en intervalos de media hora.

      En la rueda deberíamos entrar las 5 enfermeras de plantilla, nos repartiríamos las incidencias por día de la semana y podríamos cambiarnos unas a otras.
       Pero, tres de ellas se niegan.
           .- Una dice que su puesto es por salud laboral y andar saliendo y entrando del servicio, trasladándose, o metiéndose en otro quirófano la estresa y la viene mal.
              .- Las otras dos llevan una media de dos años en la unidad, pero no quieren ir porque alegan que no se sienten suficientemente preparadas.

      En la rueda hemos entrado tres personas restantes. Pero ayer, una ha caído de baja por enfermedad y tardará en reincorporarse. Sólo quedamos dos. El número de veces que nos llaman, también ha aumentado y me parece muy muy injusto.

      Solicitamos una reunión con la supervisora y le comentamos lo agraviante que es tener que asumir la tarea dos personas solas. Estamos yendo y viniendo día sí y día también, ya no sabemos cómo turnarnos y llegan a negarnos descansos porque una de las dos tiene que estar siempre.

.- ¿Por qué con dos años de estancia en el servicio no se obliga a las otras dos a entrar en la rueda?.-
.- ¿Puede un informe de salud laboral permitirte trabajar en un servicio en el que es necesario realizar tareas que te afectan negativamente?


     Por fin, mi supervisora me lo aclara.

.- Los especialistas se niegan a trabajar con otras enfermeras que no seáis vosotras. Les gustáis, porque sois responsables y resolutivas. NOS piden que os enviemos a vosotras y se quejan mucho cuando van otras. NO podemos hacer otra cosa.-

      Ya estamos con que lo ha dicho el Jefe de Servicio o el médico de turno.

.-¿Decide el especialista sobre las decisiones de la supervisora? 
Ella dice que no, pero es evidente el grado de influencia.-

¡¡¡¡¡No es justo!!!!! 
¿¿¿¿Esto te pasa por ser buena profesional????

Ponte en contacto conmigo aquí!

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