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miércoles, 9 de marzo de 2016

El sacrificio que envenena

      
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      He caído enferma. Varios días en cama sin poder moverme. El miedo a no superar el proceso. La preocupación por cuantos dependen de mi.
      La última semana tenía síntomas y algo de fiebre. Pero siempre hay gente que te necesita. Ignoras tu dolor, tus molestias, los síntomas de que algo se cuece en tu interior y no es bueno. Pero sigues, sigues, sigues y sigues.
     Estás cansada, agotada, porcuras ignorar las señales porque priman los intereses de los que amas y te necesitan. Y estás ahí, y cumples, y todo el esfuerzo y la preocupación, te pasan factura.
     Y por fin, tu cuerpo dice .- BASTA! No puedo más, hay que frenar. 
     Y acabas en la cama, o ingresada en el hospital, con un proceso grave que pudo ser leve si lo hubieras atendido a tiempo.
    Entonces te das cuenta de que, algunas de esas personas a las que amas, a las que atendiste, a las que dedicaste el tiempo que tenías que haber descansado y haberte repuesto....miran a otro lado. Les interesas sólo en la medida en que les eres útil...
y enferma, ya no eres útil.

¿de quién es la culpa?

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